domingo, 30 de enero de 2011

B. I. M. 3

Desde que la semana pasada Cristina Fernández, en un acto de la universidad nacional ubicada en Florencio Varela, habló del futuro edificio de la Facultad de Humanidades platense, recibí varias consultas sobre el pasado del predio donde se va a construir, otrora un batallón de infantería donde funcionó un centro clandestino de detención. Hace tres años y pico había hecho un laburo académico sobre su proyección como "sitio de memoria", del que comparto aquí algunos fragmentos. Va primero una reconstrucción parcial de la historia del lugar, y en el siguiente post una reflexión sobre su cambio de identidad. Al que le sirva, que lo use nomás; como todo aquí, es de libre reproducción (en lo posible, citando fuente y sin sacarlo de contexto "a lo El Día").

Un centro clandestino de frontera

“Al otro día me liberaron. En el mismo lugar, en el bosque. Tenían apuro y no se tomaron la molestia de hacer un recorrido más largo. Me largaron justo detrás de la cancha de Estudiantes, donde está el lago. Me dejaron maniatado y vendado, y me dijeron que no me mueva por cinco minutos. Yo tenía un pijama, estaba desnudo... Tenía que regresar a 53, 4 y 5. Les pregunto: tengo que pasar por la Jefatura de Policía, estoy desnudo, me van a agarrar de nuevo. (Contestan) Mira, pibe, si te salvaste de esta, los otros son unos angelitos...” (Juan Carlos Fuello)

“Un dato interesante es que el edificio donde estaba ubicada la peluquería, hasta pocos meses antes de que yo entrara, había servido de morgue, era ahí donde la fuerza de tareas escondía los cuerpos. Me acuerdo de un cabo que iba a la peluquería de Rossi y decía que en ese mismo lugar donde nos estábamos cortando el pelo «hasta hacía poco tiempo había olor a sangre y cuerpos apilados hasta el techo». En ese entonces yo pensaba que (...) nos estaba cargando (...) Ya no estoy tan seguro de que aquel cabo estuviera inventando cuentos”. (Ex conscripto. Faingold, 2006: 110).

“A la noche teníamos muy seguido la visita de Massera (...) Llegaba a la tarde en helicóptero, bajaba en el B.I.M. 3, pasaba al Hospital, saludaba a toda la gente, tomaba mate y después se quedaba ahí. En la época del Beagle, también conocí en el hospital a Astiz” (Testimonio de María Angélica Ayala, ex trabajadora del Hospital Naval, contiguo al B.I.M.)

Acaso por no haber pertenecido al “Circuito Camps”, el B.I.M. 3 no está entre los centros clandestinos más “reconocidos” de la región. Su ubicación es una particularidad interesante, pues la intersección de las avenidas 51 y 122 es casi un punto de encuentro de La Plata con los distritos de la región que obtuvieron su autonomía hace medio siglo: Ensenada y Berisso. El terreno está ubicado en territorio ensenadense, y a un kilómetro de allí se encuentra el límite entre ambas ciudades.
Nuestro objetivo central no es describir el funcionamiento del B.I.M. 3 durante la dictadura, sino analizar su proyección como sitio de memoria para la ciudad/región. No obstante parece conveniente hacer un repaso, que basaremos en la escasa documentación existente sobre el tema, principalmente en los testimonios brindados en la Justicia Federal desde 1999.
En el B.I.M. 3 habrían estado secuestradas personas que permanecen desaparecidas como Sergio Zurita y Ariel Ricetti, Roberto Fuello, la chilena María Eliana Acosta Velasco, Irma Angela Zucchi, Osvaldo Busetto, Rodolfo Crespo y Hugo Daniel Carzoglio; y también los sobrevivientes Juan Carlos Fuello, Carlos García , José Panettieri y Osvaldo Pachamé, Luis Rivadeneira, Liliana Beatriz Barone, José Luis Barla, Carlos Lucero y Luis Alberto Gómez. Probablemente estas referencias comprenden un porcentaje mínimo de las víctimas que pasaron por dicho centro clandestino.
Uno de los sobrevivientes supone cierta división territorial según la cual “los que éramos de la zona de Berisso y Ensenada, estábamos bajo jurisdicción de Marina” , aunque la constatación de ese criterio requeriría más conocimiento del tema.
Asimismo, si bien no fue el foco de las investigaciones, hay constancia de varios represores que actuaron en el B.I.M. 3, sobre todo a partir de un legajo de CONADEP (3157). El centro clandestino estuvo bajo la responsabilidad del vicealmirante Eduardo René Fracassi durante 1976, del contralmirante Roberto Wulff De La Fuente entre enero de 1977 y febrero de 1978, y del contralmirante Oscar Abriata hasta enero de 1979 –como comandantes de la Infantería de Marina, ascendidos luego a cargos superiores–. También le caben responsabilidades a los vicealmirantes Luis María Mendía, Antonio Vañek, Pedro Antonio Santamaría y Juan José Lombardo, por haberse desempeñado como Comandantes de Operaciones Navales. En la actuación concreta, se ha señalado como “jefe de grupo de tareas” al capitán de Fragata Biglioni (Pato) y mencionado la intervención del capitán de corbeta Galindez (Lobo - Bruto), un cabo primero de Ejército de apellido Aquino (Laucha) y el Mayor Ezequiel Insua .
En abril de 2003, una ex policía declaró ante la Cámara Federal haber sido enviada a la Comisaría del Dique a buscar un bebé “que entregó el B.I.M. 3”, para llevarlo a Casa Cuna; de lo que se desprende que pudieron haber ocurrido allí partos clandestinos como en otros campos de concentración .
Por su parte, una técnica anestesista del Hospital Naval recuerda que la Sala de Oficiales estaba siempre custodiada por un guardia “con un FAL en la mano”, y que “se decía que las paredes hablaban y al principio nosotros no nos dábamos cuenta pero funcionaban micrófonos, y los teléfonos estaban intervenidos”. Vivían “aterrorizados todos los días”. También la Morgue estaba celosamente custodiada: “Se rumoreaba que había cadáveres que no eran los que se nos morían a nosotros”. Según su testimonio, el B.I.M. 3 estaba comunicado con el Hospital Naval: “Debajo del pabellón 5 hay unos túneles que hoy están cerrados. Todo el mundo decía que se comunicaban con el B.I.M. La gente de la noche decía que de las bocas de tormenta salían quejidos, llantos”. También habló de “botines de guerra” al mencionar “cabos y suboficiales que decían que tenían zapatillas o camperas”.
Si se trata de dar cuenta de la dinámica del B.I.M. 3, también es significativo que fue uno de los sitios donde se reclutaban jóvenes para hacer el Servicio Militar Obligatorio. La “colimba” (corre – limpia – barre) constituye un hito fundamental en los imaginarios sobre la disciplina militar y el abuso de autoridad: por esa experiencia pasaron numerosos jóvenes hasta la abolición de su obligatoriedad en 1994, tras el asesinato a golpes de un conscripto.
Un texto de Eduardo Faingold, que revisa su propia historia familiar, alude a su conscripción en la Compañía de Comando y Servicios del B.I.M. 3 en 1979, después de pasar casi tres años fuera del país. Junto al recuerdo de ciertos tiempos de descanso (“tirados en el pasto de atrás de la cantina del BIM 3, comienzo alfajores de maicena, tomando Coca-Cola y fumando particulares y Parisiennes”), admite que había “indicios de que el BIM 3 estaba participando de la guerra sucia” y más de una vez escuchó “a uno de los militares referirse directa o indirectamente a algo que tenía que ver con operaciones represivas que se ejecutaban...” (Faingold, 2006: 110).

La disputa por el espacio
Ya en la Argentina post-dictadura y sin resguardo del lugar como prueba judicial, la Marina descuidó el lugar y en diciembre de 2000 se desprendió de la propiedad del terreno, adquirida por CENCOSUD, un holding empresario de origen chileno. La crónica de estos años da cuenta de un espacio bastante disputado, más allá de los impasses entre cada proyecto. El primero refleja el impacto de las políticas privatistas, desreguladoras y mercantilizadoras sobre la organización territorial: el Estado entrega un gran terreno, lindante al principal parque de la región, a un grupo privado sin mediar siquiera un proyecto.
El holding preveía instalar un hipermercado Jumbo, once cines, un centro comercial y un “patio de comidas”. La iniciativa despertó oposición política en La Plata y el Concejo Deliberante pidió por unanimidad a la Provincia que niegue la habilitación correspondiente. El argumento del perjuicio al comercio local generó tensiones con el Municipio vecino, ya que al mismo tiempo La Plata permitía la instalación de hipermercados en su jurisdicción. Finalmente, el proyecto se frustró cuando la Provincia evaluó negativamente el impacto ambiental.
En forma simultánea a la discusión de los efectos ambientales y comerciales, en julio de 2001 la agrupación HIJOS-La Plata y la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos presentaron ante la Cámara Federal un recurso de no innovar sobre el predio. Aparecía, acaso por primera vez en la escena pública local, la condición del terreno como ex centro clandestino de detención y torturas. Un comunicado de HIJOS señaló que su uso comercial significaría “destruir, excavar y tapar con un edificio la posibilidad de buscar la existencia de restos que nos permitan construir nuestra historia”, porque “este lugar contiene pruebas y, con ellas, la posibilidad de condenar responsables” (citado en una vieja crónica, acá).
Frustrado el proyecto de CENCOSUD, en 2004 se propuso la instalación de una alcaidía de alojamiento de presos y varias dependencias policiales. La idea no prosperó, esta vez por objeción del Municipio de Ensenada (El intendente declaró a la prensa en abril de ese año: “los vecinos del barrio de El Dique (...) están librando una batalla judicial para que se cierre la unidad de detención de menores que funciona en 128 y 45 y que ya tiene un fallo favorable en primera instancia; de modo que esta noticia de que le van a abrir a cinco cuadras una cárcel todavía más grande parece un chiste de mal gusto”). Mientras tanto –y hasta hoy– el espacio permanece deshabitado, aunque por la combinación de paredones, alambres de púa y varias garitas mantiene un aspecto intimidatorio.
En 2006 la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) manifestó su intención de utilizar el predio. Al mismo tiempo, la recién creada Dirección de Derechos Humanos ensenadense propuso constituir allí una “Casa de la Memoria”, en sintonía con un reclamo de varios grupos políticos-juveniles.
Vale recordar que la acción de “construir monumentos, marcas, espacios, respetar y conservar ruinas son procesos que se desarrollan en el tiempo, que implican luchas sociales, que producen (o fracasan en producir) esta semantización de los espacios materiales” (Jelin y Langland, 2003: 3-4), y que estos implican siempre la presencia de agentes activos. Sin ellos, la presencia de monumentos o sitios demarcados es intrascendente (...)
En este caso, la figura del emprendedor de memoria atañería a una Coordinadora Juvenil por la Memoria, integrada por agrupaciones estudiantiles/juveniles, en su mayoría de filiación peronista*. Por otra parte, también el Estado, a través de una dirección municipal, asumirá un rol de emprendedor.
Ambos se vinculan a “tendencias” recientes en el campo de luchas por la memoria de la dictadura. En primer lugar, la emergencia de sujetos juveniles –es decir, otra generación asumiendo el proyecto de rememoración– es propia de mediados de los ´90. De entonces data la formación del grupo H.I.J.O.S. y la inclusión de murgas que transformaron el clima y la estética de las marchas por derechos humanos.
Más nuevo aún es el compromiso activo del sector público en un proyecto de este tipo. Al contrario, existía “una profunda desconfianza por parte de las víctimas y de la mayoría de la población hacia el Estado, culpable de haber frenado las investigaciones y haber ocultado pruebas, además de haberse rehusado a identificar y juzgar a los principales responsables de los crímenes” (Di Cori, en Arfuch, 2002: 94). (...)
El reclamo sobre el B.I.M. 3 se hizo público en la semana del 30º aniversario del último golpe militar. Para el 20 de marzo de 2006, la Coordinadora Juvenil convocó a una marcha de antorchas –una forma de movilización asociada al movimiento universitario, en particular desde los fuertes reclamos de 2001– desde la Plaza San Martín hasta el B.I.M. 3. Demandaba “que los terrenos del Ex Batallón de Infantería de Marina (BIM3) sean recuperados para el pueblo y se conviertan en un Museo de la Memoria en donde todas las generaciones de argentinos tengan siempre presente lo que el terrorismo de estado hizo en nuestro país. Que exista en esta región, una de las más golpeadas en aquellos años, un espacio físico donde siempre esté el recuerdo de nuestros 30.000 compañeros, y que a su vez, con esta iniciativa podamos seguir generando la conciencia necesaria para que nunca más esto vuelva a ocurrir. Así como recuperar la ESMA fue un triunfo de todos continuemos nuestra lucha ahora por recuperar el B.I.M. 3”.
En el relato de los actores involucrados, igual que trasluce el texto citado de la Coordinadora, el acto de la ESMA en 2004 constituía una referencia ineludible:
“En 2005, cuando se hacía conocido que la ESMA iba a ser recuperada como Museo de la Memoria, y se acercaba otro aniversario del golpe (en 2006), nosotros pensamos que estaría piola impulsar una iniciativa que tenga que ver con eso: recuperar los centros clandestinos de detención como Museos de la Memoria, pero hacerlo en todos los lugares...” (Entrevista con Silvina Negrete, coordinadora de Barrios de Pie La Plata, 22 de mayo de 2007)

Esa tarea decidió encarar la regional La Plata de la Coordinadora y, tras explorar varias alternativas, postuló al B.I.M. como predio donde construir ese “Museo de la Memoria”. La ventaja de ese centro radicaba en la voluntad política del Municipio de Ensenada. En contacto con la Dirección de Derechos Humanos creada poco tiempo antes, que ya preparaba un proyecto de expropiación, las agrupaciones juveniles se propusieron para “hacer una iniciativa que magnifique el tema de la difusión (...) Nos comprometimos a instalar el eje en la sociedad” (Silvina Negrete). La modalidad fue la junta de firmas “a favor de la expropiación” del B.I.M. 3 con ese objetivo:
“Hicimos no sé, 50.000 volantes. Me acuerdo que decíamos «es una locura» (...) Salíamos a afichar la ciudad, a hacer un montón de iniciativas cosa de instalar el eje (...) Es como que hasta ese momento en la sociedad todavía había ciertas dudas de que eso realmente había sido un centro clandestino de detención o no (...) Entonces el primer paso fue empezar a impulsar el eje, expandirlo e insertarlo en la sociedad más general, que no quede en la cosa aislada de un grupito de jóvenes o de organismos que tienen la iniciativa” (Silvina Negrete)

En la Municipalidad de Ensenada, no obstante, el plan distaba de constituir un espacio para la memoria exclusivamente. En 2007, el entonces director de Derechos Humanos relataba que
“una vez que se habían rechazado los proyectos de un Hipermercado y de una Alcaldía para la Provincia de Buenos Aires, apostábamos a que ese predio tuviese como fundamento los ejes de educación, producción y cultura. Siempre dentro del marco de la memoria (...) En algún momento se pensó en que esas nueve hectáreas fuesen un parque por la memoria, como lo hay en otros lugares. Nosotros veíamos la necesidad de que no estuviese simplemente como un recreo paisajístico y ambiental, sino que tuviese alguna connotación productiva, que era por lo que en definitiva habían luchado los compañeros en aquella época” (Entrevista con Daniel Fabián, Director de Derechos Humanos de Ensenada, 23 de Mayo de 2007).

En busca de un proyecto que justificara la expropiación dialogaron con diversas instituciones y grupos: “terminó siendo la Universidad el proyecto más potable. Había otros proyectos. Pero el de la Universidad terminó siendo el más potable y además el que convenció al gobierno de la Provincia de Buenos Aires para tomar la iniciativa” .
Finalmente, el 14 de agosto de 2006, en un acto compartido por todas las partes involucradas, el Gobernador Felipe Solá firmó el proyecto para la expropiación del terreno “que prácticamente se lo puede considerar de La Plata porque es al límite”. En la ceremonia, representantes de la Juventud del Movimiento Libres del Sur –entre ellos, Silvina Negrete– entregaron las planillas con más de 3000 firmas recolectadas meses antes. En septiembre las cámaras legislativas aprobaron una ley que hace al predio “de interés público y sujeto a expropiación” .
Todavía, por supuesto, faltaba que se hiciera efectivo el dinero. “Este proyecto no se hace con dos pesos, es por eso que aún nos queda un camino muy largo por recorrer… pero lo empezamos”, afirmó el intendente Mario Secco el 22 de marzo de 2007, cuando presentaron el proyecto de las facultades y la Casa de la Memoria –otra vez, un acto en la semana de un aniversario. Sobre esta iniciativa, algunas reflexiones en el siguiente post.

(*) Para entonces la integraban Jóvenes de Pie, Tercera Posición, La Jauretche, Mancha de Tinta, Vuelta de Obligado, Ana Teresa Diego, GEN, Militancia, Alfabetizadores Universitarios, FJC(CE), Rodolfo Walsh, Argentina Somos Todos, Peronismo desde Abajo, Área de SocioHistoria y CESNA. A nivel universitario, detentaban la conducción de los Centro de Estudiantes de las facultades de Periodismo, y Geofísica y Astronomía. La convocatoria recibió la adhesión, además, de las direcciones de Derechos Humanos de los municipios de Berisso y La Plata, y de la Universidad Nacional de La Plata, la Comisión Provincial por la Memoria, el Director de Derechos Humanos de la Facultad de Periodismo y la Asociación Miguel Bru.

Fuentes y bibliografía citada
- FAINGOLD, Eduardo (2006). Diáspora y exilio. Crónica de una familia argentina. La Plata: Al Margen.
- JELIN, Elizabeth y LANGLAND, Victoria –compiladoras– (2003). Monumentos, memoriales y marcas territoriales. España: Siglo XXI.
- ARFUCH, Leonor –compiladora– (2002). Identidades, sujetos y subjetividades. Buenos Aires: Trama editorial/Prometeo libros.
- Grupo Fahrenheit: Listado de Represores del período 1976 a 1983 en Argentina. En: www.desaparecidos.org
- Ley Provincial Nº 13.561, promulgada por el decreto Nº 2.641 de 2006.
- Testimonio de Gustavo Zurita, hermano de desaparecidos, Juicio por la Verdad, 29 de octubre de 2003.
- Testimonio de Edna Coparoni de Ricetti, madre de desaparecido, docente jubilada, Juicio por la Verdad, 25 de abril de 2001.
- Testimonio de Juan Carlos Fuello, ex desaparecido y hermano de desaparecido, Juicio por la Verdad, 1º de diciembre de 1999.
- Testimonio de José Panettieri, docente universitario, Juicio por la Verdad, 14 de junio de 2000.
- Testimonio de Carlos García, ex desaparecido, Juicio por la Verdad, 10 de octubre de 2001.
- Testimonio de Luis Aníbal Rivadeneira, ex desaparecido, ex delegado gremial de Propulsora Siderúrgica, Juicio por la Verdad, septiembre de 2004.
- Testimonio de José Luis Barla (ex militante del PCT y trabajador de OFA), ex desaparecido, Juicio por la Verdad, 7 de noviembre de 2001.
- Testimonio de Nélida Beatríz Lloyd, ex Policía de la Comisaría 8ª, Juicio por la Verdad, 9 de abril de 2003.
- Testimonio de Marta Angélica Ayala, técnica en anestesia, como personal civil de FF.AA. se desempeñó en el Hospital contiguo al B.I.M. 3, Juicio por la Verdad, 24 de marzo de 1999.
- Declaraciones judiciales del sobreviviente Pablo Díaz, citadas durante el interrogatorio a Jorge Quiroga Furque, Juicio por la Verdad, 4 de Junio de 2003
- Conclusiones provisionales de las Acusaciones Populares. Madrid, 16 de diciembre de 2003.

2 comentarios:

  1. Fui conscripto clase 55, me enviaron al BIM 3 aproximadamente el 15/02/76, bajamos al anochecer del tren en Plátanos y nos llevaron entre los yuyos hasta lo que supuestamente era un portón, lo único que existía era un par de muros cortos y alambrados laterales que junto a dos puestos de FAP (fusil automático pesado) laterales era la entrada a un enorme campo, donde había un par de edificios bajos uno que era el lugar de los oficiales y mucho más atrás un gran galpón casi sin terminar en partes, con piso de tierra donde dormíamos aproximadamente unos 600 pibes, en camas marineras viejas, de hierro que se apilaban hasta de cuatro de altura. Al lado una construcción había algo parecido a un gran baño que siempre lo asemeje a campos de exterminio ya que era unos espacios casi sin luz con una cuadricula de caños galvanizados en el techo, agujereados que hacían de duchas, unos piletones comunes también con muy poca luz donde nos lavábamos y afeitábamos casi de memoria.
    Ahí, nos cortaron el pelo, nos dieron las vacunas que muchos no resistían y además de vomitar horas en los rincón sin darle bola nadie, (salvo entre nosotros) nos dejaron un día sin una gota de agua, recuerdo ese verano fue muy caliente y nos daban “instrucción” a velocidades anormales porque se veía que estaban atrasados con sus planes que en es momento nosotros ni imaginábamos.
    Recuerdo que en esos 45 días murieron tres chicos, dos cayéndose de las camas altas y pegando la cabeza con los filos de los hierros y otro que fue estaqueado, en el campo bajo dos chapas de zinc porque supuestamente lo había mirado mal a un cabo.
    Algunos como yo, con una familia politizada y con ciertas personas conocidas en lugares justos, pudimos pasar de Infantes de Marina a Marineros simples, nos enviaron a la Dársena Sur al edificio de Abastecimiento naval, el día 23/03/76 nos dieron el primer franco.
    Recuerdo que estábamos quemados y negros del sol, con las orejas y nuca ampolladas, con uniformes dos tamaños mayores que nuestro cuerpo, y los zapatos que te tocaran. Nos pusieron en fila aproximadamente nueve de la mañana y el Teniente de Fragata Paz (apellido irónico y lejano a los tiempos que estaban corriendo y por explotar ese mismo día).
    Saludo uno, saludo dos, vista al frente, descanso dijo el cabo segundo, pasaron unos minutos y el teniente se dirigió a nosotros: Los miliquitos clase 55 van a salir en unos minutos y van a tener que presentarse sin falta a las 11 de la noche porque mañana 24 de marzo a la madrugada habrá golpe de estado y no debe faltar nadie en ese hecho tan importante para la patria.
    Declaro que fue totalmente cierto el momento y cada una de las palabras dichas y los 300 o 400 colimbas clase 54 y 55 que estábamos en ese momento no me dejaran mentir.
    Conscripto clase 55 Nº 423.000

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  2. Para Anonimo: ¿te acordas el nombre completo del TF PAZ?

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