Últimamente he leído varios libros con
alas. El último me lo prestó Ana Colombina y está escrito por Lía Schenck, de
quien no sé si nació en Argentina o Uruguay ni cuántos años tiene, pero no
importa porque está claro que es una niña y habita un mundo libre de patrias.
De conocerla, le pediría que me mostrara
sus pies, porque como dice Lía en las plantas de sus pies los nómades tienen
huellas de caminos. Seres hermosos, los nómades:
…tienen alas para volar
pero cuando andan por la tierra
y tienen frío, transforman las alas
en bufandas.
Cuando tienen sueño las transforman
en almohadas y cuando llueve no las
transforman en paraguas y caminan
bajo la lluvia mojándose las alas
El tratado poético de Schenck es un libro
que busca en el pasado para ser en el presente. Los nómades, dice, “eran seres
humanos que iban y venían tratando de descubrirse y tratando de descubrir el mundo”.
Y sigue:
Habría mucho para investigar sobre aquella
existencia pero es bien sabido que ser
sedentarios
lleva a los seres humanos casi todo el
tiempo de sus
vidas y no les deja tiempo para ese tipo
de
investigaciones.
[…]
En cualquier momento de la vida, un
sedentario
puede empezar a ver la vida de otra
manera si
aprende las maneras naturales de los
nómades.
[…] en todo corazón sedentario late un
[…] en todo corazón sedentario late un
nómade que quiere ver la luz. Que quiere caminar
en espiral y andar por la lluvia y desplegar
las alas.
[…] es necesario que los
sedentarios estén atentos al período en
que
comiencen a desarrollarse las alas.
En esos días y en esas noches, sobre todo
en esas
noches, pueden tener sensaciones de
vértigo o
náuseas o un incontrolable deseo de
llorar
arrepentimientos antiguos. Se recomienda
en esos
casos, mirar o recordar el vuelo de los
pájaros y
hacer de cuenta que los pies se apoyan en
las nubes.
Lía Schenck. El retorno de los nómades.
Tratado poético
acerca de nosotros mismos. Rumbo Editorial, Uruguay, 2009
acerca de nosotros mismos. Rumbo Editorial, Uruguay, 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario