Cuando en 2007 la Facultad de Ciencias Exactas decidió lanzar una
revista como Materia Pendiente (MP), generó –sin saberlo entonces- un
hito en la historia de las publicaciones platenses. El mérito de la
continuidad –20 números de salida regular- se suma hoy a los que supo
forjar desde un inicio: una producción periodística de calidad y una
línea editorial bien clara. Con un equipo de profesionales
comprometidos, MP vino a plantear sin palabras difíciles que toda
ciencia es política y que la universidad debe estar al servicio de la
sociedad.
“Nos convocamos a repensar el sentido de la ciencia
y la tecnología como empresas colectivas de solución de enigmas y
problemas sociales concretos”, anunciaba la primera editorial, que
definía la agenda de temas como “de interés general”: un interés al que
los académicos debían necesariamente prestar atención.
Tras
las primeras salidas, recibimos dos comparaciones que fueron un placer.
Una inscribía a MP en la tradición de Ciencia Nueva, la revista de
ciencia, tecnología y política que hacia 1970 denunciaba el divorcio
entre el investigador científico y los intereses del pueblo. La otra,
anclada en el presente, decía que esta revista era “como La Pulseada de
la ciencia” y la hermanaba definitivamente a ese medio popular con el
que siempre compartió firmas e ideales.
Era una apuesta
decidida: Materia Pendiente nació de un proyecto que siempre supo que la
ciencia y el periodismo son políticos, y que sin ninguna pretensión de
neutralidad busca poner a ambos a favor del pueblo. Por eso hizo
historia.
NOTA: Escribí este texto a mediados del año pasado, cuando la revista que proyectamos allá por la primavera del 2007 llegaba a su número 20 y me pidieron unas líneas en mi carácter de "editor-fundador". Hoy lo comparto para lamentar el final de ese proyecto y el verdugeo del decano de Ciencias Exactas, Carlos Naon, a los trabajadores de ese gran equipo de trabajo que hizo posible casi ocho años de Materia Pendiente.
NOTA: Escribí este texto a mediados del año pasado, cuando la revista que proyectamos allá por la primavera del 2007 llegaba a su número 20 y me pidieron unas líneas en mi carácter de "editor-fundador". Hoy lo comparto para lamentar el final de ese proyecto y el verdugeo del decano de Ciencias Exactas, Carlos Naon, a los trabajadores de ese gran equipo de trabajo que hizo posible casi ocho años de Materia Pendiente.
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